Vuelvo a esconderme en mis alas,
a ocultarme en mi silencio.
A sepultar esas ansias,
de querer alzar el vuelo.
Vuelvo a sentir esa nada,
que me congela este cuerpo,
inerte, muerto y sin vida,
que arrastro como un tormento.
Vuelvo a querer estar muerta,
y no tener sentimientos.
Que se clavan como dagas,
y me devoran por dentro.
Vuelvo a sentirme una esclava,
de un destino arduo, austero.
Vuelvo a odiarme eternamente,
por vivir, cuando no quiero.
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