Rostro de vos...



Tengo una soledad tan concurrida
tan llena de nostalgias y de rostros de vos
de adioses hace tiempo y besos bienvenidos
de primeras de cambio y de último vagón.
Tengo una soledad tan concurrida
que puedo organizarla como una procesión
por colores tamaños y promesas
por época por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más, me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras de noches y deseos
de risas y de alguna maldición.
Mis huéspedes concurren, concurren como sueños
con sus rencores nuevos su falta de candor.
Yo les pongo una escoba tras la puerta 
porque quiero estar solo con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos mira a otra parte
con sus ojos de amor que ya no aman
como víveres que buscan a su hambre
miran y miran y apagan la jornada.
Las paredes se van queda la noche
las nostalgias se van no queda nada.
Ya mi rostro de vos cierra los ojos.
Y es una soledad tan desolada. 

Tu amor es consuelo en la tristeza, serenidad en el tumulto,
reposo en la fatiga, esperanza en la desesperación...
Perdí muchas veces y muchas cosas en mi vida. Pero junto a ese “perder” hoy intento el valor de “ganar“. Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo...


Photobucket